La lectura como formación implica que debemos reflexionar, que la mayoría de nuestras experiencias con la lectura pasan por la generación de un conocimiento externo o superficial y que no se aproxima a nuestra subjetividad, y en ésto debemos debemos poner atención, porque el potencial de transformación de la sociedad actual se hace menos accesible porque el ser humano como sujeto cognosciente no lee con el compromiso de querer cambiar o lee menos, en ese aspecto orienta su interés por el aprendizaje acelerado de los medios (diarios, revistas, televisión) creando en el sujeto un conocimiento externo o superficial.
El ser humano en ese sentido se mantiene informado, pero no abierto a la posibilidad de la formación acelerada es una simple transmisión de conocimientos, al igual que aquella formación que se imparte en la escuela moderna, porque podemos ver que de esta manera no existe ni se desarrollo la capacidad de compromiso con la lectura en relación con la vida social del ser humano, que le permita cambiar y transformar el entorno de su ambiente. Es entonces que deben explorarse nuevos senderos como formas alternativas a la pedagogía dominante, que tiende a crear cierta conformidad autoritaria sobre la idea de la formación, de allí que la cuestión de la formación, pase por la crisis que implica el agotamiento del modelo de la escuela moderna, y desde otras perspectivas surja la idea de la formación transformadora a través de un replanteamiento sobre la experiencia de la lectura.
Esta como tal debe dirigirse hacia cada persona en particular, puesto la experiencia sobre la lectura de un texto siempre será diferente entre los sujetos, es decir, que la singularidad de la vida humana debe de respetarse,puesto que el conocimiento que genera la lectura debe asimilarse por la experiencia particular de cada uno; acogiendo así las nuevas propuestas de la escuela postmoderna, puesto que la idea de la formación no debe estar únicamente dirigida a un sujeto universal y abstracto, hacia un conocimiento uniformador, reconduciendo y sumamente objetivizado, prefiriendo lo científico a lo humanístico, en ese aspecto la lectura así entendida y ligada fuertemente a la cuestión de la formación del ser humano, debe contribuir a la transformación del ser humano, debe contribuir a la transformación de la vida de las personas, en donde la comprensíón y la autocomprensión lectora, sirva para que el ser humano pueda organizar su propia experiencia y por ende su propia identidad.
De allí que la experiencia de la lectura sea muy importante, puesto que permite abrir la posibilidad de establecer una relación fundamental entre las historias humanas, y las condiciones que posibilitan la transformación humana en la búsqueda de la excelencia, porque en este campo existe el perfil del descubrimiento de lo desconocido, no existe un camino preconcebido, o un método de antemano, o un modelo de formación adaptado y conformador de la escuela formal, por el contrario existe la gran incertidumbre de la experiencia de la lectura en los seres humanos, y no se tiene un camino definitivo producto de una sistematización conducida hacia un fin, como lo advertido de la escuela moderna.
Es entonces que la importancia de la lectura en su papel independizador y liberador de las posibilidades de la formación y transformación del ser humano. así que fundamentalmente debe abrirse caminos donde se deje hacer de la lectura, como algo abierto, indefinido, no finalizado, donde se deje hacer de la lectura, como algo que transcienda el modelo formativo formal en donde la formación es conducida por un camino preparado de antemano por la mera transmisión de conocimientos, y la simple obtención del resultado utilitario, es por ello que en la búsqueda incesante del ser humano.
Esta como tal debe dirigirse hacia cada persona en particular, puesto la experiencia sobre la lectura de un texto siempre será diferente entre los sujetos, es decir, que la singularidad de la vida humana debe de respetarse,puesto que el conocimiento que genera la lectura debe asimilarse por la experiencia particular de cada uno; acogiendo así las nuevas propuestas de la escuela postmoderna, puesto que la idea de la formación no debe estar únicamente dirigida a un sujeto universal y abstracto, hacia un conocimiento uniformador, reconduciendo y sumamente objetivizado, prefiriendo lo científico a lo humanístico, en ese aspecto la lectura así entendida y ligada fuertemente a la cuestión de la formación del ser humano, debe contribuir a la transformación del ser humano, debe contribuir a la transformación de la vida de las personas, en donde la comprensíón y la autocomprensión lectora, sirva para que el ser humano pueda organizar su propia experiencia y por ende su propia identidad.
De allí que la experiencia de la lectura sea muy importante, puesto que permite abrir la posibilidad de establecer una relación fundamental entre las historias humanas, y las condiciones que posibilitan la transformación humana en la búsqueda de la excelencia, porque en este campo existe el perfil del descubrimiento de lo desconocido, no existe un camino preconcebido, o un método de antemano, o un modelo de formación adaptado y conformador de la escuela formal, por el contrario existe la gran incertidumbre de la experiencia de la lectura en los seres humanos, y no se tiene un camino definitivo producto de una sistematización conducida hacia un fin, como lo advertido de la escuela moderna.
Es entonces que la importancia de la lectura en su papel independizador y liberador de las posibilidades de la formación y transformación del ser humano. así que fundamentalmente debe abrirse caminos donde se deje hacer de la lectura, como algo abierto, indefinido, no finalizado, donde se deje hacer de la lectura, como algo que transcienda el modelo formativo formal en donde la formación es conducida por un camino preparado de antemano por la mera transmisión de conocimientos, y la simple obtención del resultado utilitario, es por ello que en la búsqueda incesante del ser humano.
Fuente: Julio C. Marcano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario